Cómo lo hicimos
Tras mudarse de Manhattan a los suburbios, Parker y su marido querían crear un cuarto de juegos caprichoso para sus dos hijas. Era importante que el espacio evocara una fuerte sensación de imaginación nada más entrar y que, al mismo tiempo, ofreciera espacio para guardar los numerosos juguetes y libros de las niñas. Su casa de los años 50 tenía un sótano anticuado que dejaba mucho que desear. Ella y Debra idearon un plan de juego con estanterías del suelo al techo diseñadas intencionadamente para que las niñas pudieran ver y acceder a sus juguetes. Un papel pintado deliciosamente dulce con motivos de macarrones y una alfombra floral de Madeline Weinrib dieron el toque final perfecto.
resultado final
Mis hijas están creciendo rápidamente, así que quería asegurarme de que la sala de juegos creciera con ellas.
Parker Bowie Larson